Comenzó la temporada de veteranos después de varios meses de entrenamientos, amistosos y preparación, de forma más o menos intermitente por diversos motivos (fiestas sobre todo) y el Talarrubias se desplazaba a la localidad de Ruecas.
El resultado fue realmente malo o muy malo. Un 12 a 0 son guarismos que hablan bien a las claras de las virtudes de unos y de las debilidades de otros. En una tarde calurosa, con varias bajas clave en el equipo y a la espera de que fructifiquen algunas incorporaciones, los veteranos de Ruecas pasaron por encima del C.D. Talarrubias sin compasión (como hay que hacer, pues no hay más respeto hacia un rival que competir contra él dándolo todo).
Y es que desde el minuto uno se vio que los ritmos de juego, posicionamiento, automatismos derivados del haber jugado juntos y de la experiencia, amén de la diferencia en cuanto a calidad técnica a nivel individual, estaban claramente decantados hacia el lado de los locales. En un intervalo realmente corto al inicio del partido los locales desarbolaron al Talarrubias y pusieron tierra de por medio por cuatro goles. En la última fase de la primera parte, quizá más que nada tirando de orgullo que de otra cosa y espoleados por Francis y Ángel, se pudo, al menos, entrar tímidamente en juego y asomar la cabeza en posiciones no tan retrasadas aunque realmente muy alejadas de zonas que supusieran peligro para los locales. La primera parte se saldó con un 6 a 0 que dejaba más que zanjada la cosa y proponía un segundo tiempo en el que unos sólo tendría que jugar cuesta abajo (muy cuesta abajo) y otros deberían tratar de mejorar no solamente en labores defensivas, sino también ofensivas. No fue así.
La segunda parte comenzó con los locales moviendo el balón en posesiones larguísimas y el Talarrubias corriendo tras el balón. Mal asunto. Si algo de fuelle quedaba a nivel físico, éste terminó por agotarse en estos primeros minutos en los que los locales, ya con muchos cambios, hicieron circular el balón a lo largo y, sobre todo, a lo ancho del terreno de juego. Tras este impás de tiempo o "pacto de no agresión", comenzó el pim pam pum de nuevo.
La segunda parte se saldó con otros 6 goles y se ahondó en uno de los errores que el equipo más caro pagó: el juego aéreo. Hasta en 9 ocasiones los locales perforaron las redes del Talarrubias empleando esta faceta del juego a lo largo de todo el partido y fue en los segundos cuarenta y cinco minutos cuando esta herida se mostró más perjudicial para los intereses visitantes. Cuestiones a trabajar, por supuesto.
Tras el carrusel de cambios (aunque alguno ya hubo mediada la primera parte y en el descanso), el equipo remó, luchó con un enorme despliegue físico y trató de hacer más decorosa una derrota ya de por sí abultada desde hacía mucho. No pudo ser y, como decimos, los goles fueron cayendo como gota malaya: poco a poco pero sin pausa.
Las conclusiones a sacar del partido son varias. La primera es que Ruecas tiene un gran equipo. La segunda es que al Talarrubias le queda mucho camino por delante por andar en cuestiones competitivas, de rendimiento físico, tácticas y, sobre todo, de cómo defender a balón parado. También, sirva de descarga al menos en parte, se echó de menos a algunos jugadores que irán jugando en las próximas jornadas.
La jornada siguiente se debuta en casa contra el Campanario Interserena, equipo contra el que ya jugamos un triangular no hace mucho y que nos ganó por 2 a 0. Será otro pasito para ir mejorando que daremos.
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