JORNADA 6. SET EN BLANCO EN LA SIESTA.

En agradable tarde, con una buena entrada de público, como suele ser habitual en nuestro campo, Juan dispuso el siguiente equipo: Pedro Luis; Parra, Juli, Fidel, David; Samuel (Miguel, min. 65), Francisco (Rafa, min. 58), Blas, Fran Rivera (Edu, min.62); Kike y Cristian (Manuel, min. 51). También estuvo en el banquillo Sergi como portero suplente.

Goles: 1-0, min. 4 Fran Rivera; 2-0, min. 6 Kike; 3-0, min. 57 Kike; 4-0, min. 65 Kike; 5-0, min. 69 Kike; 6-0, min. 82 Edu.

Seis goles se llevó el equipo de Ruecas de Talarrubias en su visita. Seis goles que pudieron ser varios más, todo hay que decirlo, pero que no esconden un partido jugado con poca intensidad y poco ritmo ante un equipo que, al menos hoy, está años luz en cuanto a competitividad del C.D. Talarrubias y que no inquietó en ningún momento a la defensa local.

Cuando todavía el público no había ocupado sus asientos el C.D. Talarrubias ya había puesto el dos en el marcador. Fueron dos goles de similar factura que dejaron bien a las claras las concesiones que el equipo de Ruecas estaba dispuesto a conceder: goles a 3 metros de la portería a bocajarro. ¿ La firma de ellos ?. El primero de Fran Rivera y el segundo de Kike. El segundo un poco más complicado pues quizá había 50 centímetros más entre la meta y el rematador. Revelador panorama.

Con poco el Talarrubias se había puesto claramente por delante y había dejado el partido visto para sentencia. La sentencia, siendo estrictos, no afectó sólo al marcador sino que parece ser que afectó también a lo que podía haber sido una tarde de jolgorío y goles en el municipal de Talarrubias. Con los locales sesteando y limitándose a no hacer concesiones, y con los visitantes, que bastante tenían con aguantar el tipo, dedicándose a achicar balones y a no recibir un duro correctivo, se fue consumiendo la primera parte con un goteo de ocasiones clamorosas para los locales que no acabaron en gol de milagro. Samuel primero y Cristian después encararon al portero pero en ambas ocasiones el balón salió a la izquierda de la portería visitante. Fueron dos ocasiones donde el exceso de confianza y de suficiencia jugaron una mala pasada a nuestros delanteros.

El equipo, también en esta jornada, presentó una cara cambiada. Fidel, que volvía tras no jugar ante Gargáligas, pasó al centro de la defensa y Blas y Francisco Manuel ocuparon la zona ancha del campo. Cuajó el primero de los dos un notable partido en la distribución del juego y en la parcela defensiva. Un buen Blas es un jugador bastante necesario para el equipo ante la escasez de jugadores de ese corte y la posible incomparecencia anual de Fidel por motivos agrícolas durante un tiempo.

El segundo tiempo dio algo más de sí, al menos en los goles. Puntualmente fueron saliendo varios de los habituales del equipo inicial que en esta ocasión ocuparon plaza en el banquillo. Así Manuel y Miguel hicieron aparición en la segunda parte y aportaron una cara más incisiva del equipo. Aún así tampoco fue un cambio espectacular en el partido pero sí lo suficiente para comenzar el fusilamiento del equipo visitante. Miguel encontró un agujero abismal por la banda izquierda y Manuel se vació con una suficiencia casi insultante ante el equipo rival que poco podía hacer.

Tuvo Manuel una clamorosa ocasión que desbarató el portero local en dos ocasiones. Nuestro mediapunta se llevó el balón por el centro de la defensa visitante y compareció ante el meta de Ruecas en una cita ineludible con el gol. Acto seguido las revoluciones de Manuel bajaron y cierta desidida en el remate hizo que un intento de elevar el balón chocara con el portero local para que el posterior rechace trastabillara una jugada que debió ser gol sí o sí.

Al parecer este fallo hizo que la autocontemplación del equipo diera un paso atrás y subieron las revoluciones del partido. Edu compareció en el partido y porteriormente Rafa hizo lo propio. Aportaron su granito de arena pues el equipo se mostró más afilado, justo lo que demandaba el encuentro, y los goles comenzaron a sucederse.

Los goles en sí resumen la filosofía con la que los locales se tomaron el partido. En todos los casos fueron remates a escasos metros de la portería o directamente entrando con el balón bajo los palos, la prueba inequívoca de la superioridad local y la escasa resistencia visitante. Ruecas mostró algún detalle, concretamente de su número nueve, pero su bagaje ofensivo se limitó a lanzamientos del citado jugador casi desde el otro mundo.

En este segundo tiempo Kike en dos ocasiones más, Samuel y Edu pasaron a cuchillo a los de las Vegas Altas y pusieron un resultado más acorde a la diferencia real, en la tarde de ayer, entre los dos equipos.

El resultado final, un 6-0 que hace justicia a lo visto en el partido pero que dejó cierto poso de labor a medio hacer pues podrían haberse hecho varios goles más, y ésto no es prepotencia en absoluto, dando así más alegría y motivos para el jolgorio de la parroquia local.